SANGRE LIMPIA

El amor y la unidad de Israel es un estado saludable en el que la sangre fluye adecuadamente por el cuerpo del pueblo de Israel, y la división de corazones y el odio gratuito son enfermedades que resultan de perturbaciones en el flujo sanguíneo. La meditación en los secretos de la sangre nos enseña cómo ‘limpiar la sangre’ dentro del pueblo de Israel.

La salud humana depende de la circulación sanguínea normal que hace fluir el espíritu de vida desde el corazón a todos los órganos del cuerpo y desde allí regresa de nuevo. Por medio de esta imagen, explica el Admur Hazakén la importancia de conectar las almas de Israel, que haya un flujo normal entre ellas del espíritu de vida de la Shejiná (el corazón) y la enfermedad causada al pueblo del Israel y al mundo entero por su ausencia. “Porque la destrucción del Segundo Templo y la caída de Israel en el exilio y la salida de la Shejiná y su descenso a Edom en términos de exilio, por así decirlo, todo estaba en el pecado del odio gratuito y la separación de los corazones, Hashem se apiade” (Tanya, Epístolas Sagradas 31). Es apropiado en este período, en los días de Bein Hametzarim, las tres semanas de duelo y a la luz de los acontecimientos actuales, meditar en la rectificación del sistema circulatorio:

Como se dice hoy en día, el desamor proviene de la ‘mala sangre’ entre las personas. Para que la sangre fluya correctamente, sea beneficiosa y no dañina, necesita ser purificada y limpiada para convertirla, según las palabras de la Torá, en “sangre limpia”.

Los componentes de la sangre corresponden a las cuatro letras del Nombre Havaia: Iud a los glóbulos blancos que se encargan de la lucha del sistema inmunológico contra las causas de las enfermedades; Hei a los glóbulos rojos que llevan el espíritu de vida (el oxígeno) al cuerpo; Vav es el plasma, que transporta a las células y muchos otros componentes importantes para la nutrición y el funcionamiento del cuerpo; Hei las plaquetas, responsables de la coagulación de la sangre.

Cuando la sangre está limpia, la sociedad está sana:

Toda lucha interna que perjudica al pueblo de Israel es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca al propio cuerpo en lugar de combatir las causas de las enfermedades. Para que las fuerzas de armadas actúen como deben contra los verdaderos enemigos deben surgir precisamente de “células blancas” rectificadas, del amor y la bondad expresados ​​por el color blanco. El amor y la unidad entre nosotros da fuerza para eliminar de dentro nuestro los elementos extraños y dañinos y para luchar contra los que nos atacan desde el exterior.

En los glóbulos rojos -el 99% de las células de la sangre que le dan su color y nombre- reside el poder de la imaginación, que es nuestro mundo de imágenes y contextos, el ‘color’ y la interpretación de lo que se desarrolla ante nuestros ojos y la capacidad de imaginar diferentes escenarios. Cuando la sangre es impura y turbia, Dios no lo quiera, nuestras imaginaciones sobre los demás y sobre la situación son dañinas, perturban el juicio y producen odio y miedo: ‘mala sangre’ en todas las partes de la sociedad. En cambio, cuando la sangre es pura y limpia -cuando juzgamos a la otra persona en forma meritoria y nos aseguramos de pensar positivamente- la sangre lleva el espíritu de vida, el oxígeno que airea y vivifica a toda la sociedad.

El plasma conduce en el cuerpo una variedad de compuestos que nutren las células del cuerpo y permiten su buen funcionamiento y también permite filtrar y eliminar los desechos del cuerpo. Su buen funcionamiento permite la conexión y la integración entre los diferentes matices de la sociedad, cuando el bien y el beneficio que cada uno aporta beneficiando a todos (y las partes negativas ‘fluyen’ hacia afuera).

Las plaquetas son responsables de la coagulación de la sangre en caso de hemorragia: la capacidad de detener guerras y peleas, lesiones internas o externas, Dios no lo quiera, y restaurar la sociedad.

La creación de “sangre limpia” en la sociedad depende del tzadik el líder justo, que es como el corazón: el rey trabaja para proteger al pueblo por amor a Israel. Es el responsable del mundo de las imágenes y los sueños de las personas, quien dirige la empresa, asigna a cada uno su rol adecuado y se encarga del fluir y la interinclusión entre las personas. Y de él está dicho: “Detendrá a mi pueblo” [Shmuel I 9:17] cuando es necesario detener el sangrado, Dios no lo quiera. ¡La conexión con el líder justo, צדיק (204) nos provee de דם נקי, (dam nakí, 204) “sangre limpia”!

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